El enfoque tradicional en el uso de la tierra, la ayuda del ganado, el aprovechamiento del agua, el cuidado de los montes y del ecosistema en su conjunto, son acciones de gestión de la vida y de la sociedad que fundamentan sus principios en el conocimiento de los ciclos naturales y la evidencia de la necesidad de cerrarlos en su totalidad, de tal forma que no exista el desperdicio, el residuo. Todo tiene una función, contribuyendo y completando la supervivencia en el medio sin deteriorarlo. Conceptos como capacidad de carga y huella ecológica están implícitos en los procedimientos tradicionales herederos de un equilibrio mantenido a lo largo de los siglos y que encuentra su momento de ruptura a partir de la extensión y del uso masivo de los combustibles fósiles.