Actualidad y Noticias
Covelo contrata las obras de acondicionamiento exterior del aserradero de los Carranos
- 16/05/2023 -
En los próximos días comenzarán las obras contratadas por un importe de 30.000€ financiados al 100% con el apoyo de la Agencia Turismo de Galicia de la Xunta de Galicia
El Ayuntamiento de Covelo contrató los trabajos de mejora del aserradero de los Carranos por un importe de 30.000€ financiados al 100% con el apoyo de la Agencia Turismo de Galicia de la Xunta de Galicia. En los próximos días comenzarán las obras de acondicionamiento exterior centradas en una profunda limpieza en seco y desinfección de las fachadas, tratamiento de las mismas con dos manos de productos específicos, reubicación y reposición de una de las partes de la cubierta y relevo y colocación de una baranda de apoyo para la subida a la llevada.
El alcalde, Pablo Castillo, manifiesta que se trata de una intervención importante para la conservación de uno de los espacios de más atractivo del ayuntamiento que contribuye en la dinamización de la economía al atraer visitantes, no solo dentro de las rutas guiadas programadas por el Ayuntamiento, también personas que vienen de manera individual a contemplar este legado de la arquitectura industrial de principos del siglo XX.
Rehabilitado en el año 2005 por el Ayuntamiento, en la actualidad, tiene las fachadas de madera en muy mal estado de conservación. Las edificaciones, con tablas de madera de castaño autóctono, precisan con urgencia de una limpieza, desinfección y tratamiento funxicida. Tamen será necesario retellar en los edificios principales del secadoiro, donde se ubica el actual aula de la naturaleza, y aserradero, dedicado hoy en día a museo etnográfico, puesto que los listones de madera cedieron y entra agua de la lluvia por las tejas planas.
El Aserradero de los Carranos fue erguido por la familia Valles en el año 1922, sobre los peares de un viejo molino, y su principal tarea fue la fabricación de carros, aunque su objetivo final era a transformación
de la madera. Se encuentra al lado del río Vixiáns, afluente del río Tela, incluido en la “Red Natura 2000” de la Unión Europea.
Este aserradero tiene un interés etnográfico muy importante pues la energía que se precisaba para el motor de las instalaciones industriales es movida por la fuerza del agua. La estructura y composición de la sierra hidráulica es muy probable que fuera similar a la de los modelos aplicados en la Europa del Medievo. El proceso de conversión de la energía hidráulica en movimiento de piezas mecánicas era el mismo que en el de los molinos, pero, en este caso, los rodos y las poleas permiten accionar la sierra metálica en vez de las piedras molar. Aserrábanse así las diferentes maderas destinadas unas la construcción, y otras la construcción de carros.
Aguas arriba se construyó una presa para embalse del agua y así poder regular el caudal. Desde el charco hasta el aserradero, el agua se conducía por una llevada pasando por una “noria de canxilóns”, y así hacía girar el rodezo o ruedo que, mediante un sistema de poleas, transmitía la energía a la sierra.
El Conjunto del Serradoiro dos Carranos estaba formado originalmente por tres edificaciones perfectamente diferenciadas, si bien en la actualidad son cuatro: aserradero, secadoiro o almacén de madera, forja o forja y aseos (ejecutados en la restauración de 2005). También se aprecia un horno de piedra para alimentar la forja. Imprescindible para forjar los aros de las ruedas de los carros y otras piezas que se precisaban para el montaje de los mismos.
El alcalde, Pablo Castillo, manifiesta que se trata de una intervención importante para la conservación de uno de los espacios de más atractivo del ayuntamiento que contribuye en la dinamización de la economía al atraer visitantes, no solo dentro de las rutas guiadas programadas por el Ayuntamiento, también personas que vienen de manera individual a contemplar este legado de la arquitectura industrial de principos del siglo XX.
Rehabilitado en el año 2005 por el Ayuntamiento, en la actualidad, tiene las fachadas de madera en muy mal estado de conservación. Las edificaciones, con tablas de madera de castaño autóctono, precisan con urgencia de una limpieza, desinfección y tratamiento funxicida. Tamen será necesario retellar en los edificios principales del secadoiro, donde se ubica el actual aula de la naturaleza, y aserradero, dedicado hoy en día a museo etnográfico, puesto que los listones de madera cedieron y entra agua de la lluvia por las tejas planas.
El Aserradero de los Carranos fue erguido por la familia Valles en el año 1922, sobre los peares de un viejo molino, y su principal tarea fue la fabricación de carros, aunque su objetivo final era a transformación
de la madera. Se encuentra al lado del río Vixiáns, afluente del río Tela, incluido en la “Red Natura 2000” de la Unión Europea.
Este aserradero tiene un interés etnográfico muy importante pues la energía que se precisaba para el motor de las instalaciones industriales es movida por la fuerza del agua. La estructura y composición de la sierra hidráulica es muy probable que fuera similar a la de los modelos aplicados en la Europa del Medievo. El proceso de conversión de la energía hidráulica en movimiento de piezas mecánicas era el mismo que en el de los molinos, pero, en este caso, los rodos y las poleas permiten accionar la sierra metálica en vez de las piedras molar. Aserrábanse así las diferentes maderas destinadas unas la construcción, y otras la construcción de carros.
Aguas arriba se construyó una presa para embalse del agua y así poder regular el caudal. Desde el charco hasta el aserradero, el agua se conducía por una llevada pasando por una “noria de canxilóns”, y así hacía girar el rodezo o ruedo que, mediante un sistema de poleas, transmitía la energía a la sierra.
El Conjunto del Serradoiro dos Carranos estaba formado originalmente por tres edificaciones perfectamente diferenciadas, si bien en la actualidad son cuatro: aserradero, secadoiro o almacén de madera, forja o forja y aseos (ejecutados en la restauración de 2005). También se aprecia un horno de piedra para alimentar la forja. Imprescindible para forjar los aros de las ruedas de los carros y otras piezas que se precisaban para el montaje de los mismos.
